¿Sabéis eso de que creces con alguien y sueñas con alguna vez conocerlo, poder estar a su lado? ¿Y conocéis esa sensación de haber cumplido ese sueño y no saber explicarlo, no encontrar las palabras adecuadas? Han pasado mas de veinticuatro horas desde que pasó todo esto y aún sigo sin encontrar las palabras que definan ese momento.
Los nervios, la ansiedad por verle, la inquietud, la espera. Su voz, su presencia, su risa, sus palabras, su guitarra. Todo. Todo es un cúmulo de sensaciones que hacen, que hicieron, que el momento fuese uno de los mas especiales desde hace mucho tiempo. Escuchar su voz a escasos dos metros. Sentir como el sentimiento que pone a la hora de cantar te llega hasta el último milímetro del cuerpo y te recorre cada una de las terminaciones nerviosas hasta hacerte estremecer de la emoción. No poder quitarle los ojos de encima y mucho menos dejar de sonreir. Es de esas sensaciones que si a la gente que se lo intentas explicar no lo ha vivido nunca, sabes perfectamente que no lo entendería jamás. [...] Todo es como un sueño del que no quiero despertar, es como estar en una nube, en la mas alta de todas, y lo único que quiero es subir es subir, volver a repetirlo una y mil veces. Quisiera despertarme y saber que vuelve a ser el día y que cada uno de los momentos se repetirán y serán incluso mejor de lo que ya fueron. Sé que ese día no volverá, pero tengo seguro que será algo que siempre, siempre, siempre tendré en la mente y nunca podré olvidar. Se repetirá, seguro, y será igual o mas especial si cabe. [...] Y yo estaré contigo hasta el fin de mis días, vestido con una sonrisa y la dicha de verte crecer. Y tú darás, un nuevo sentido a mi vida, cerrando así viejas heridas y poniendo el futuro a mis pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario